No cualquier miel: es miel que viene directamente de las manos del pequeño productor gallego, totalmente artesanal, que cuida todos los detalles y a su gente. Nunca se mezcla con otra,
porque es una miel comprometida, que tiene nombre y que cuenta una historia de vida: un código QR en la etiqueta te conducirá hasta ella.
Es una miel que no genera residuos y te ofrece además, la oportunidad de contribuir a la polinización del planeta aportando tu semilla; tanto su etiqueta como su embalaje se pueden plantar.
No es solo miel, es el concepto de economía colaborativa y circular aplicado a la comercialización ¿Cómo se planta nuestra etiqueta?
Recorremos aldeas y montañas para buscar las mejores flores. Encontramos la mejor miel y pagamos un precio justo por ella. Queremos que los pequeños apicultores sigan produciendo y los
pueblos permanezcan con vida. Sabemos que de este modo contribuimos a que no se abandone el medio rural gallego.